Esta iglesia, dedicada a los patronos de Calasparra, San Abdón y San Senén, es un templo de gran arraigo y devoción popular. Situada en la plaza que lleva su nombre, su construcción original data del siglo XVII, aunque ha sido reconstruida y restaurada en varias ocasiones, destacando su fachada de estilo neogótico de principios del siglo XX.
De planta de cruz latina, en su interior alberga un retablo de estuco del siglo XVIII con las imágenes de los santos patronos. Su torre campanario es conocida popularmente como "la torcida" por una ligera inclinación en su parte superior. Es el centro neurálgico de las fiestas patronales que se celebran cada 30 de julio.
La Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, antiguo templo del convento dominico, es un destacado ejemplo de la arquitectura renacentista y barroca en Mula.
Construida en el siglo XVI, destaca su bello claustro renacentista, de dos cuerpos y arcos de medio punto sobre columnas toscanas. La iglesia, de nave única, fue reformada en el siglo XVIII, añadiendo la decoración barroca. Aunque el convento ya no existe como tal, la iglesia y el claustro (hoy recuperado) son un testimonio del importante papel que las órdenes religiosas tuvieron en la historia de la ciudad.
El Castillo de Alcalá, situado sobre un escarpado cerro cerca de la pedanía de La Puebla de Mula, es una impresionante fortaleza de origen islámico (siglos XI-XII).
Fue un importante "hisn" o castillo refugio para las comunidades rurales de la zona. Aunque se encuentra en estado de ruina, conserva gran parte de sus murallas, varios aljibes y los restos de sus torres. Su ubicación es espectacular, ofreciendo un control visual absoluto sobre el valle. Su visita es una aventura para los amantes de la historia y el senderismo.
El Museo Ciudad de Mula, ubicado en el Convento de San Francisco, ofrece un completo recorrido por la historia y la etnografía de la localidad.
Sus salas exponen desde restos arqueológicos de diversas épocas hasta colecciones que ilustran los oficios tradicionales, la vida en la huerta, las costumbres y las fiestas, con especial atención a la Noche de los Tambores. Es una visita muy didáctica que permite al visitante obtener una visión global de la identidad muleña, su evolución histórica y su rico patrimonio cultural.
El Santuario del Niño Jesús de Balate es uno de los centros de peregrinación más importantes de la Región de Murcia. Se encuentra en un apacible paraje de la huerta de Mula.
Según la tradición, en 1648 el Niño Jesús se apareció aquí a un pastor. La ermita actual, del siglo XVIII y estilo barroco-rococó, es de una gran belleza, destacando su cúpula y el camarín que alberga la venerada imagen del Niño. La romería que se celebra en septiembre atrae a miles de devotos, siendo un lugar de profunda fe y espiritualidad.
La Villa Romana de Los Villaricos es un importante yacimiento arqueológico que data de los siglos I al V d.C. Fue una lujosa residencia rural dedicada a la explotación agrícola y vinícola.
El yacimiento destaca por la calidad de sus mosaicos, especialmente el de "Las Cuatro Estaciones" y el "Mosaico de los Amores de Júpiter". También se conservan restos de las termas privadas y de la zona de producción de vino. Aunque su visita suele ser concertada o en jornadas de puertas abiertas, es un testimonio excepcional del esplendor romano en esta comarca.
La Plaza del Ayuntamiento es el corazón administrativo y social de Mula. Es un espacio monumental y lleno de vida, presidido por la Iglesia de San Miguel y el edificio del Ayuntamiento, de estilo neomudéjar.
En el centro de la plaza se alza la Torre del Reloj, del siglo XVIII. Fue construida por el cabildo para regular la vida de la ciudad y, sobre todo, las tandas de riego de la huerta, una función vital en la economía local. El conjunto de la plaza es el escenario de los principales eventos de la ciudad, incluyendo su famosa Noche de los Tambores.
El Museo Monográfico de Arte Ibérico de El Cigarralejo es uno de los más importantes del mundo en su especialidad. Se ubica en el Palacio de los Marqueses de Menahermosa, un bello edificio del siglo XVIII.
Su colección procede íntegramente del yacimiento y necrópolis ibérica de El Cigarralejo (siglos V-I a.C.). Exhibe miles de piezas de excepcional valor, como esculturas, cerámicas, armas y ajuares funerarios que permiten comprender en profundidad la vida y la muerte en la cultura ibérica. Destaca su colección de exvotos y la escultura del "Guerrero del Cigarralejo".
La Casa Pintada es uno de los edificios más singulares y llamativos de Mula. Este palacio barroco del siglo XVIII fue la residencia de la familia Blaya y hoy es la sede de la Fundación Cristóbal Gabarrón.
Su fachada, decorada con esgrafiados que representan escenas alegóricas, es única en la región. El interior ha sido modernizado para albergar un centro de arte contemporáneo que acoge exposiciones temporales de primer nivel, además de una muestra permanente del polifacético artista Cristóbal Gabarrón. Un diálogo perfecto entre el arte barroco y el contemporáneo.
Este monasterio del siglo XVII, habitado por monjas clarisas de clausura, es una joya del barroco en Mula. Su origen se debe a una donación de la familia Blaya-Piñero.
El edificio, de gran sobriedad exterior, esconde un interior de gran riqueza. Su iglesia destaca por una impresionante reja de celosía que separa el espacio de los fieles del coro de las monjas. Es famoso por los dulces artesanales que las hermanas elaboran y venden a través de un torno, una tradición que añade un encanto especial a la visita.
El Embalse de la Cierva, situado en el cauce del río Mula, es un paraje de gran belleza que contrasta el azul de sus aguas con el paisaje árido de los "badlands" que lo rodean.
Inaugurado en 1929, su presa es una obra de ingeniería notable. El entorno es ideal para la práctica del senderismo, la pesca deportiva y la observación de aves acuáticas. Sus orillas y los senderos circundantes ofrecen perspectivas espectaculares, especialmente al atardecer, convirtiéndolo en un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad.
El Castillo de los Vélez es el monumento más emblemático de Mula y domina el perfil de la villa desde lo alto de un cerro rocoso. Es una imponente fortaleza renacentista del siglo XVI, construida sobre una alcazaba árabe anterior.
Fue concebido más como un palacio y símbolo del poder del Marquesado de los Vélez que como una estructura puramente defensiva, de ahí la elegancia de sus líneas y la ausencia de almenas. Aunque su interior no es visitable de forma regular, su majestuosa presencia exterior y las vistas que se obtienen desde sus faldas son imprescindibles.
La Tamborada de Moratalla es una de las expresiones culturales más profundas y ancestrales de la localidad, con un origen que se pierde en el tiempo. Durante el Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección, miles de tamboristas vestidos con túnicas de colores toman las calles.
El sonido incesante y atronador de los tambores, tocados de forma anárquica e individual, crea una atmósfera única y sobrecogedora. No es una procesión, sino una manifestación espontánea y popular. Esta tradición ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO junto a otras tamboradas de España.
Moratalla cuenta con dos santuarios de gran devoción y belleza paisajística. El Santuario de la Casa de Cristo, a pocos kilómetros del pueblo, es un lugar de peregrinación que alberga la imagen del patrón. Su entorno boscoso es ideal para el recreo. Más alejado, en plena sierra, se encuentra el Santuario de la Rogativa, un oasis de paz en un paraje espectacular. La tradición y la leyenda marcan este lugar de culto, famoso por su romería. Ambos combinan espiritualidad y naturaleza.
Moratalla posee la mayor concentración de Arte Rupestre Levantino y Esquemático de la Región de Murcia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Centro de Interpretación de Arte Rupestre "Casa de Cristo" es el punto de partida para entender este legado. A través de réplicas y paneles, explica la importancia de los abrigos rocosos de la zona (como los de Cañaica del Calar o Fuente del Sabuco). Las visitas a los abrigos originales suelen ser restringidas y deben concertarse a través de la Oficina de Turismo para garantizar su conservación.
El Teatro Trieta es el principal espacio escénico de Moratalla. Inaugurado a principios del siglo XX, es un edificio con encanto que ha sido el corazón de la vida cultural de la localidad durante generaciones.
Tras su rehabilitación, ha recuperado su esplendor y acoge una programación variada a lo largo del año que incluye obras de teatro, conciertos, danza, cine y otros actos culturales. Conserva el sabor de los teatros clásicos, con su patio de butacas y sus palcos, siendo un lugar muy querido por los moratalleros.
Esta monumental iglesia, declarada Monumento Histórico-Artístico, es el edificio religioso más importante de Moratalla. Construida en el siglo XVI sobre una antigua iglesia gótica, es una obra maestra del Renacimiento.
Su interior es de una grandiosidad sobrecogedora, con una altísima bóveda de crucería estrellada sostenida por enormes columnas. La fachada principal, de estilo clasicista, y la llamada "portada del sol", de estilo plateresco, son de gran belleza. Alberga un valioso patrimonio, incluyendo un órgano histórico y destacadas obras de imaginería.
Este museo etnográfico se ubica en la antigua Ermita de la Soledad y está dedicado a las dos tradiciones más importantes de Moratalla: la Tamborada de Semana Santa y los Encierros de reses bravas.
A través de una cuidada exposición, el visitante puede conocer la historia y el significado de estas fiestas. Se exhiben túnicas, tambores artesanales de diferentes épocas, fotografías históricas de los encierros y otros elementos que ayudan a comprender la pasión con la que los moratalleros viven sus tradiciones más ancestrales.